Olivia Mary de Havilland (Tokio, Japón, 1 de julio de 1916) es una actriz estadounidense de origen británico, ganadora de dos Óscar y una de las estrellas de Hollywood más admiradas en la década de los años 1940.
Hija primogénita de padres británicos, Walter de Havilland, abogado que ejercía en Japón, y Lillian Fontaine, actriz. Su hermana pequeña es la actriz Joan Fontaine, también nacida en Tokio. A causa de una salud debilitada, y tras la separación de sus padres, se traslada con su madre y su hermana a los Estados Unidos, a California, donde cursó sus estudios.
Max Reinhardt se fijó en ella en una representación teatral universitaria, en El sueño de una noche de verano, y posteriormente, la representaría en el Hollywood Bowl. Reindhardt decidió llevarla al cine, y la dirigiría en la película homónima, para la Warner Brothers, en el año 1935. A partir de este momento, formaría parte de un equipo consolidado en la Warner, con Errol Flynn como pareja y Michael Curtiz como director. Junto con Errol Flynn protagonizaría 7 películas, en las que, aunque siendo de temática muy distinta, ella siempre representaba el mismo personaje, de amada del aventurero, fiel seguidora del héroe. Algunas de estas películas fueron El capitán Blood (1935), La carga de la brigada ligera (1936), Robin de los bosques (1938) o Dodge, ciudad sin ley (1939).
Los años 1940 fueron los más importantes de su carrera, ya que protagonizaría Vida íntima de Julia Norris, de Mitchell Leisen, en 1947 y La heredera, de William Wyler, en 1949, junto a Montgomery Clift, que le supondrían los dos Óscar de su carrera. Sin embargo, en el año 1939 ya interpretó uno de los papeles que le daría más importancia y reconocimiento a nivel mundial, el de Melanie Hamilton en Lo que el viento se llevó (1939), por el que consiguió una nominación a los Óscar como mejor actriz secundaria ese mismo año, aunque el premio se lo llevó su compañera de reparto, Hattie McDaniel, que interpretaba el papel de Mami y fue la primera actriz afroamericana en conseguirlo.
En el año 1941 fue de nuevo nominada al Óscar a la mejor actriz principal por su papel en Si no amaneciera, pero esta vez fue su hermana, Joan Fontaine, nominada por Sospecha, de Alfred Hitchcock la que se lo llevó.
La mala relación que mantenían las dos hermanas pudo apreciarse en la entrega de los Óscar, cuando Joan rechazó las felicitaciones de Olivia al subir a recoger su galardón.
A pesar de que los años 1940 fueron los mejores de su carrera, fue en esta época cuando tuvo un problema judicial con la Warner, ya que ella se quejaba de que los papeles que le proporcionaban no tenían ningún valor artístico, y pensaba que los mejores papeles se los cedían siempre a Bette Davis ( un ejemplo evidente, es la película de; La vida privada de Elisabeth y Essex, y entonces el estudio, en represalia, no le concedió ningún papel en más de 6 meses.
Olivia los demandó cuando intentaron prorrogar su contrato de siete años alegando que les debía esos 6 meses de castigo. Ella ganó la demanda, pero estuvo casi 3 años sin trabajar.
Dejó apartado un poco el cine a partir de los años 1960, y se dedicó al teatro y la televisión, que emergía en aquellos tiempos, trabajando a lo largo de esta década en varias series para este medio.
Desde entonces, ha vivido prácticamente recluida, y una de sus últimas apariciones fue como presentadora de uno de los premios de la 75 edición de los Óscar, en el año 2003.
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